Reseña #18 - La niña que tocaba la guitarra - Jesús Román Torrellas Antón

Titulo: La niña que tocaba la guitarra

Autor: Jesús Román Torrellas Antón

Trilogía o saga: Autoconclusivo

Páginas: 366

Editorial: Circulo Rojo

Precio: 15.00 €

Edición: Tapa blanda con solapas

Sinopsis:

Amador era un buen hombre, alguien a quien la vida se le “cruzó” de repente. Su existencia giraba en torno al trabajo como albañil y a su hija, una pequeña de ocho años que hacía sus primeros pinitos en el conservatorio de música. La unión entre ambos era absoluta. Fue cesado en la empresa y toda la rabia acumulada la descargó en un segundo fatal con un bofetón a su cónyuge, alguien demasiado indolente ante sus desgracias. Y allí comenzó su tortura… Esta es una historia desgarradora, la de un hombre separado de su razón de vivir, la de unos personajes que habitan en la marginalidad de la sociedad, en esos difusos terrenos donde la locura, la picaresca y una sabiduría excelsa se abrazan. Y la de una mujer, madura a la fuerza, que pasó de ser niña a ser adulta sin paréntesis adolescente. Muchos años después, tras un viaje vital casi inasumible, se encontrarán en circunstancias muy distintas: ella en el estrellato, en la cima del mundo artístico; él dormitando en el limbo de un patio de locos, sin identidad, apenas con ese vago recuerdo… “había una niña que tocaba la guitarra”. Por las páginas de esta novela, cruenta y demasiado dura por momentos, desfilan personajes paridos quizás por el subconsciente de Dios, que no pertenecen a ningún tiempo catalogado, extraños, complejos, desheredados, melancólicos, pero todos, sin excepción, increíblemente cargados de esa luz opaca que no podemos ver más que con los ojos del alma. Personajes que hacen que ese mismo Dios siga creyendo en el ser humano. Amador y Alba dejaron de verse cuando la policía se lo llevó, pero jamás fue cercenado ese cordón sensorial que une a un padre con su hija, y eso, lo invisible, el amor, la rabia, la impotencia, lo innegociable, es el motor de cuantas peripecias y episodios se desgranan en cada palabra de la novela. Vagabundos de solemnidad y multimillonarios, asesinos sin cerebro y sabios de la calle, seres acomplejados y otros que no conocen tal término, todos se entremezclan conviviendo en un “imposible”, en esa magia que forma parte de la vida de cualquier anónimo de los tiempos actuales.

Opinión personal

Antes que nada debo decir una cosa...

¡COMO ESCRIBE ESTE HOMBRE DIOS SANTO!

Ok, empecemos jaja

Nos cuenta la historia de Amador y Alba, por una parte el como Amador por un error que no era nada del otro mundo, le dio una bofetada a su esposa ¡Solo una! 

Y sí, estoy defendiendo a Amador, porque la sociedad hoy en día seguimos siendo lo más machistas del mundo. Si yo le doy un tortazo a mi esposo no ocurre nada pero si una hombre se lo da a una mujer solo porque estaban discutiendo por ejemplo como a Amador que le han despedido del trabajo y el esta lleno de rabia y una bofetada y haaaala, divorcio, orden de alejamiento, sanción, pensión de 200 euros al mes y solo la oportunidad de ver a su hija media hora a la semana o irse a otro lado.

Si es que de verdad...es algo que me fastidio muchísimo en la novela ver como la vida de Amador, que es un trozo de pan embadurnado de nocilla se destroza llevándolo a ser una vagabundo y eventualmente al manicomio.

No es spolier que lo pone en la sinopsis ¬¬

Pero bueno luego tenemos a Alba, una niña que es obligada a madurar de una y que se vuelve muy fría y como vemos su crecimiento a lo largo de la historia y como consigue llegar al estrellato. El personaje de Alba me ha encantado ya que se sale de todos los tópicos y es una personaje muy original y con una personalidad verdaderamente única.

Algo que me ha gustado mucho es que se toma por lo menos un capítulo del libro para contarnos un poco de un personaje en cuestión, algo que me ha encantado ya que me ha dado la oportunidad de ver un poco más de esos personajes, aunque hay una mujer en especial que al principio me cayo bien, es muy buena con mi Amador querido pero que al final salen otra vez los prejuicios de la sociedad.

Esa es otra de las cosas que más me gustan, te da la oportunidad de ver que la sociedad de hoy en día tenemos muchos más prejuicios de los que pensamos y que sin dar la oportunidad de conocer y que nos expliquen la conclusión ya saltamos a conclusiones que son todo lo contrario.

Otra de las cosas que también me ha encantado ha sido la relación que había entre Amador y los demás vagabundos, donde al final todos ayudan a Amador a pagar la pensión y se convierten por así decirlo en un segundo padre para Alba.

La historia esta escrita en tercera persona y oh dios mio...¡Este hombre escribe como los dioses! Y lo digo completamente enserio, tiene una pluma, una forma de conectar metáforas y meterte lecciones sin que te des cuenta.

Aunque no todo es bueno en esta novela, claro que no.

Casi todo es narrado, hay poco dialogo y en algún momento se te puede hacer pesado, otra cosa es que si no tienes mucho tiempo leyendo o estas comenzando se te puede complicar un poco el entender de lo que esta hablando el autor.

Y la última cosa es el final, me ha gustado mucho y me ha dejado sonriendo solo que es muy abierto no sé, podría haber un epilogo sobre lo que sucedió con Alba y Amador después pero nada. 

La edición es de tapa blanda con solapas, y la portada me gusta mucho y al principio la portada puede no tener ningún significado con la novela pero luego en unos capítulos que leas con Alba te darás cuenta de lo que significa.

Una cosa curiosa es que todo el mundo se reía con el titulo, ¿por qué? ni la mas mínima idea jaja

Un libro que te enseña lo poderosa que puede ser una relación padre-hija y que no te puedes perder ni por un segundo ya que enseña tantos valores y te hace darte cuenta de bastantes cosas, como por ejemplo como la gente puede tratar a una vagabundo sin ni siquiera conocer su historia y porque ha llegado allí sacando conclusiones completamente erróneas.

Sin duda, aunque los demás libros de este autor sean de misterio por esta forma de escribir lo vale.

Al final le doy: